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Camila Jaber:  la sirena mexicana

Macarena Huicochea

Camila Jaber Lara nació en Ciudad del Carmen, Campeche, y pasó su infancia y juventud en la Riviera Maya descubriendo las extraordinarias bellezas submarinas y explorando cenotes de impactante belleza que parecían antiguos templos construidos por la propia naturaleza.

Asegura que, cuando era muy pequeña, soñaba con ser una sirena y que siempre disfrutó de nadar en el mar, pero que fue hasta los 16 años cuando descubrió un deporte extremo que cambiaría su vida para siempre y haría su sueño realidad: la Apnea (habilidad de sumergirse a profundidad y aguantar la respiración bajo el agua tras una sola bocanada de aire). A partir de una campaña de recolección de fondos que realizó para poder ir al Campeonato Mundial de apnea de 2017 se le conocería como la “Sirena mexicana”, y es así es como nos relata su primera inmersión:

Yo llego al deporte por una coincidencia, porque mi papa fue de viaje a pescar y en ese viaje venía una persona que resultó ser un campeón mundial del deporte de apnea, y platicando con él me contaba que era un deporte de sumergirse en el agua a profundidad y aguantar a la respiración.

Fui a un curso sobre este deporte y, en la parte de la teoría, me explicaron que el ser humano tiene un mecanismo o reflejo de inmersión que se ve en otros mamíferos marinos, en focas, delfines. Eso fue una de las cosas que más me engancharon del deporte y fue tanto el entusiasmo que me causó que yo no quería hacer otra cosa más que practicar los fines de semana, incluso prefería irme a nadar y bucear en los cenotes que ir fiestas con mis compañeros de escuela o amigos de mi edad …

Cuando fui a la universidad, busqué la forma de seguir entrenando para ir a mi primera competencia y fue ese ambiente entre atletas, en el que todos compartían sus experiencias y sus metas para alcanzar sus sueños como deportistas, lo que me encantó y enriqueció mucho.

Fascinada por la experiencia, supo que había encontrado su destino e inició la carrera como apneista, un deporte muy exigente que requiere de una enorme disciplina física y mental para lograr controlar la respiración. Poco a poco, Camila fue haciendo inmersiones cada vez más duraderas y a mayor profundidad, avanzando de manera progresiva, metro a metro, para sentir las reacciones del propio cuerpo e ir controlando su mente; así como para descubrir y desarrollar nuevas capacidades para permanecer cada vez más tiempo sin respirar bajo el agua. Afirma que éste es un deporte que requiere de mucha constancia y disciplina: dormir bien y a la misma hora; alimentarse sanamente; preparación constante y una rutina para evaluar si se está preparado para agregar más metros en la próxima inmersión.

Ph. Will Graham

La Apnea es un deporte de riesgo, aunque no se cataloga como peligroso, y es por ello que hay agencias e instructores que impulsan a que se practique de una forma segura. Camila insiste en que nunca hay que hacer Apnea a solas porque , cuando se llega a un límite de hipoxia (descenso de la cantidad de oxígeno en la sangre) , el cuerpo -como una medida preventiva- se apaga para evitar un riesgo mayor y produce un breve desmayo de segundos del cual se recupera normalmente sin mayores consecuencias; sin embargo, asegura que siempre es necesario que alguien acompañe al practicante para ayudarlo en caso de perder el conocimiento y así poder  sacarlo a tiempo del agua, antes de que sea demasiado tarde y que (por la falta de oxigenación) sufra lesiones cerebrales severas o muera.

Ph. Marimar Ponce Limon

Después de varias competencias, Camila ha recibido importantes reconocimientos: uno en 2017, cuando se hizo famosa como la “Sirena Mexicana” y rompió el récord mundial de su deporte en Roatán, Honduras, implantando una nueva marca al suspender la respiración durante dos minutos y medio, a 56 metros de profundidad; el otro recientemente, en 2020, cuando logró superar su propia marca, descendiendo dos metros más en las aguas de un cenote ubicado en Puerto Morelos, Quintana Roo.

Además, se ha hecho mundialmente famosa por su participación en un video titulado “Soy cenote”, en el que (con bellísimas imágenes fotográficas debajo del agua y rodeada por la luz de los rayos del sol) parece un ser mítico, una sirena o espíritu ancestral, guardiana de las aguas, sumergiéndose profundamente en estos sitios considerados sagrados por los antiguos mayas. Soy Cenote le valió el primer premio en el certamen CreateCOP26 que entrega la UNESCO a propuestas artísticas que ayudan a afrontar el cambio climático.

Ph. Daan Verhoeven

Desde el 2020 Camila Jaber es embajadora del proyecto del Gran Acuífero Maya, que encabeza el Arqueólogo Guillermo de Anda, y forma parte del equipo de especialistas multidisciplinarios que estudian y reconocen la importancia de resguardar esta extraordinaria reserva de agua dulce de México, considerada por los científicos como estratégica, y por los antiguos mayas como el sagrado lugar de donde proviene la vida.

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