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Guía de alimentación para la modernidad

Por Ana Sofia Guerrero Barreda

Terapeuta Holística, Coach transformacional y Doula.

Hoy, más que nunca, tenemos al alcance de nuestras manos toneladas de información gracias a las redes sociales y al internet. También, por primera vez en la era moderna, estamos volviendo la mirada de regreso al conocimiento ancestral para responder nuestras preguntas y resolver nuestras necesidades principales, especialmente en temas de salud. Incluso, estamos familiarizándonos más con lo que nos ofrece el autoconocimiento, con su consabida dosis de responsabilidad personal.

En pocas palabras, hoy en día tenemos el poder y la información para tomar decisiones más autónomas sobre nuestra salud. Pero, ¿por dónde empezar? Hay tantas ofertas. Los expertos hablan y son muchos: suplementos naturales, alimentos milagrosos, menús de la prehistoria, tratamientos alternativos interminables. ¿Cómo sabré cuál es el adecuado para mí? ¿Cómo puedo identificar qué suplementos o alimentos me hacen bien y me llevan hacia mis objetivos? ¿Cuáles debo evitar? Entre el océano de opiniones expertas corremos el riesgo de perdernos en medio de consejos contradictorios o hasta dañinos.

Así que te propongo algo. Empecemos por lo básico: la alimentación.

Foto: @bowlsdeguadalupe

Hipócrates, el padre de la medicina decía: “Que tu alimento sea tu medicina. Que tu medicina sea tu alimento.” Esta premisa quedó rezagada debajo de los grandes diagnósticos médicos y sus tratamientos farmacológicos y quirúrgicos. Se nos olvidó que podríamos procurar y recuperar nuestra salud tan solo cambiando la forma en la que nos alimentamos, pero en los últimos 50 años este conocimiento ha ido regresando cada vez con más fuerza.

Si eres como yo, seguramente ya hiciste algunos experimentos que no siempre salieron tan bien: dietas desastrosas, suplementaciones que produjeron efectos indeseables, etc. Así que, habiendo recorrido el camino como Naturista y Coach transformacional, decidí profundizar y expandir mis estudios en el tema de la alimentación para poder apoyar de la mejor manera a cada persona que busca consultar conmigo en este tema específico.

A continuación, te compartiré algunas de las corrientes más buscadas hoy en día por sus grandes beneficios para la salud. Toma nota para identificar cuál te resuena y que entonces puedas acortar tu búsqueda, al menos sabiendo qué dirección tomar al requerir la asesoría de un experto o convertirte en uno. Recuerda que toda la información aquí compartida es sólo con fines informativos y no sustituye el diagnóstico ni el tratamiento de un experto calificado.

Foto: @bowlsdeguadalupe

Veganismo / Trofología Vegetarianismo / Dieta Alcalina
Ha estado en debate por cientos de años si el humano es originalmente vegetariano o carnívoro. Por la forma de nuestros dientes y por la longitud de nuestro intestino estamos capacitados para procesar y digerir grandes cantidades de frutas, verduras, semillas y granos. Esto ha sentado las bases para aquella parte de la población que elige estos tipos de alimentación por razones fisiológicas. Sin embargo, hay muchas otras razones que respaldan a los fervientes seguidores de estas corrientes:

  • Razones ecológicas: eliminando las granjas de cultivo masivo y sus contaminantes
  • Razones filosóficas y de protección a los animales
  • Razones espirituales: la vibración más elevada de los alimentos
  • Razones de salud: la desintoxicación de tejidos.

Esta categoría, en sí misma, podría abarcar un libro de varios tomos. Fue la primera corriente que exploré durante años y con la que obtuve resultados realmente fascinantes. Desde la curación de tumores hasta la reestructuración de tejidos. Para muchas personas, incluyéndome, resulta un estilo de vida muy saludable y equilibrado, pero para otros no tanto. Por razones físicas o psicológicas, algunas personas requieren exactamente lo contrario. O al menos eso dicen algunos expertos.

Foto: @bowlsdeguadalupe

Baja en Carbohidratos / Paleo / Keto / Carnívora

En estas categorías entran todas las que buscan eliminar lo más posible los carbohidratos, desde moderadamente hasta completamente (como en la carnívora). Aquí también existe el respaldo científico que nos demuestra cómo el consumo de algunos carbohidratos puede afectar negativamente el sistema nervioso y digestivo y, por lo tanto, la salud en general. También se respalda detrás de la bioquímica básica que nos explica las vías de utilización de energía en el cuerpo. En esta categoría se busca estimular el uso de cuerpos cetónicos (grasas) como fuentes principales de energía. Esto tiene implicaciones tremendas para el organismo ya que no utiliza la vía oxidativa que se utiliza al metabolizar carbohidratos. Se usa para bajar de peso, para marcar el cuerpo de los atletas y -en algunos casos- para restaurar el sistema nervioso, digestivo y endócrino. Lamentablemente no es infalible y tampoco es para todos, ya que podría ser altamente acidificante y algunos organismos no lo toleran tanto.

Ayurveda / Medicina Tradicional China

Estos dos sistemas de alimentación merecen años de estudio y, de hecho, existen tratados enteros escritos en su nombre. Son dos tipos de alimentación ancestral que han sido practicados y replicados por milenios. Ambas culturas, la India y la China, son muy antiguas y la mayor parte de sus registros se conservan intactos, por lo que han ofrecido y demostrado enormes beneficios de salud y bienestar general. Ambas consideran a la salud del ser humano como el resultado del delicado equilibrio entre el cuerpo físico, emocional, mental y espiritual; y ambos sistemas están orientados en nutrir no sólo el cuerpo físico, sino todos los demás aspectos del ser también.
En Ayurveda existen tres tipologías de cuerpo y personalidades o doshas: vata, pitta, kapha. También existen tres tipos de alimentos: rajásicos, tamásicos y sattvicos. Haciendo el diagnóstico de las energías predominantes en el paciente, se le recomienda consumir ciertos alimentos y evitar otros de manera bastante personalizada.
En la Medicina Tradicional China, basada en el Taoísmo, el alimento forma parte fundamental de la estrategia de sanación. Este enfoque diagnostica a su paciente de acuerdo a los elementos predominantes, que son: Agua, Tierra, Madera, Fuego y Metal. Cada uno corresponde a un grupo determinado de órganos y sistemas energéticos llamados meridianos y se identifican por colores. También se concentra en las polaridades Yin/Yang y en su adecuado equilibrio. Es así como, en este sistema, se hacen recomendaciones alimenticias de acuerdo al color de los alimentos, así como por sus cualidades Yin/Yang, para equilibrar los excesos o deficiencias.

Dieta por Tipo de Sangre

Esta es otra de las formas de alimentación que descubrí temprano en mi práctica gracias a la recomendación que me hizo un amigo sobre el libro “Eat Right 4 Your Type” y se convirtió en una de las bases que utilizo en mi terapéutica el día de hoy. El creador de este sistema, un médico con mucha inclinación por la investigación antropológica, diseñó cuatro categorías de acuerdo a cada tipo de sangre: O, A, B, AB. Sostiene que, por ancestralidad, nuestro cuerpo desarrolló anticuerpos para ciertos alimentos y los percibe como extraños y que, por lo tanto, reacciona con procesos inflamatorios, a diferencia de como haría con alimentos que le resultan familiares a su código genético. No aplica para todos ya que he conocido personas que son la excepción a la regla, pero si se utiliza como una tendencia puede ayudar como una guía para tener un estilo de vida bastante equilibrado.

Ayunos intermitentes/Dieta de la Víbora

Por último en este texto, pero no en orden de importancia, están los ayunos intermitentes. Ya sean de horas o días, estos pueden ser de gran beneficio si se hacen de forma correcta. Se suelen combinar con otros tipos de alimentación para obtener mejorías en el estado de salud, cambios en el metabolismo y hasta por cuestiones espirituales.

Su beneficio se basa en la autofagia y -en algunos ayunos más prolongados- en la inducción de estados cetónicos no peligrosos. Deben ser practicados con la guía de expertos y evitados en algunos casos, sobre todo si se toman medicamentos.

Podríamos escribir por días sobre diferentes estilos de alimentación funcionales y en todos encontraríamos algo de valor. Pero te preguntarás: ¿Cómo es posible que se puedan obtener buenos resultados por vías tan aparentemente contradictorias?
Lo que he descubierto en mis 20 años de práctica es simple y sencillo: el resultado varía de acuerdo a:

  • Tus necesidades particulares
  • Tu edad
  • Tu trasfondo cultural
  • Tus hábitos
  • Tu historial
  • La duración del tratamiento alimenticio

Podrías beneficiarte de un tipo de alimentación, como hizo mi padre al recuperarse de un cáncer de próstata con Trofología en meses; o seguir una alimentación cetogénica (keto) durante años y vivir en tu peso ideal. Sea cual sea el camino que elijas, será más disfrutable si te conoces a ti mism@. De esta manera, podrás identificar mejor qué necesitas y cuándo y por cuánto tiempo puedes probar, siempre bajo la guía de un verdadero experto en nutrición que diseñe el tipo de alimentación adecuado a lo que TÚ necesitas.

¡Buen provecho!

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