PORTADA - ED20-HT

suscríbete hoy

Recibe tu copia física o digital de nuestro magazine

Sé parte de la Comunidad

Descubre todas las oportunidades que Hola Tulum te brinda

Cangrejo azul, una memoria olvidada

Por: Olmo Torres Talamante

Era una tarde de verano del año 2010, yo había regresado de bucear durante más de tres horas en el río subterráneo más largo del mundo, estaba en un estado alterado de consciencia por la descarga de endorfinas, sentía una profunda paz interior, estaba descargando el equipo de buceo en la legendaria tienda Aquatic Tulum cuando llegaron Raquel y Mercedes con cubeta y escoba en las manos

– ¡Che! ¡Los están atropellando! ¡Es una masacre! ¡Es un genocidio! ¡Tenemos que hacer algo esto no puede continuar así! ¿Nos ayudas?

Alcé la mirada, la luna llena cambiaba de color de naranja a amarillo, tomé una bocanada de oxígeno puro del último tanque de buceo que quedaba por descargar en la camioneta y dije:

-¡Hasta la victoria siempre!

El cangrejo azul terrestre o cangrejo azul gigante (Cardisoma guanhumi) tiene cinco pares de patas y es uno de los cangrejos más grandes del mundo, puede llegar a medir 15 cm de ancho y pesar hasta 500 gr. Se distribuye desde Brasil hasta Florida. Los machos tienen una tenaza más grande que la otra, dicha tenaza puede llegar a ser más grande que su propio cuerpo; las hembras son en general de color pálido, por este motivo en inglés se le conoce como white land crab o blue land crab.

El Cardisoma guanhumi vive en zonas costeras inundables, uno de sus hábitats favoritos es el manglar como el de la zona hotelera de Tulum. Su ciclo de vida y especialmente su reproducción está sincronizada con las temporadas de lluvias y las fases de la luna lo que los obliga a iniciar migraciones masivas para reproducirse. Las hembras preñadas se dirigen al mar para liberar las larvas especialmente en verano, hacen sus madrigueras en zonas pantanosas, cavan huecos y sistemas de túneles que ayudan a oxigenar el suelo.

La pérdida del hábitat por las malas prácticas del turismo costero ha provocado una drástica reducción en la población del cangrejo azul en Tulum. Hace diez años la cantidad de cangrejos que atravesaban de tierra adentro hacia el mar para depositar sus larvas saturaba la carretera Tulum – Boca Paila. Algunos pocos automovilistas buscaban la manera de esquivarlos pero la mayoría no. Actualmente es raro encontrarnos un cangrejo azul en Tulum.

Aquel verano del 2010 gracias al ímpetu de Raquel y Meche organizamos un grupo de voluntarios para detener el tráfico de manera intermitente cada noche y ayudar a los cangrejos a cruzar la carretera hasta el mar. Se realizaron carteles que se colocaron a lo largo de la zona hotelera para crear conciencia con frases como ¡Disminuye la velocidad y déjalos cruzar!

Contactamos a la Dirección de Ecología, a Protección Civil, Policía y Tránsito Municipal quienes nos brindaron todo el apoyo para detener el tráfico y con escobas y cubetas ayudamos al mayor número posible de cangrejos a atravesar la calzada. El trabajo más duro era de las 7:00 pm a las 10:00 pm, en esas horas a pesar de los esfuerzos muchos quedaban aplastados por los neumáticos de los autos.

La zona de manglar contigua a la carretera Tulum Boca Paila ha sido víctima de un ecocidio perpetrado por pseudo-empresarios, ejidatarios y autoridades municipales. Ellos están destruyendo el hábitat del cangrejo azul, están acabando con el mar turquesa que le da el 50% del valor paisajístico a Tulum y atentando contra el derecho a un medio ambiente sano.

El manglar es un ecosistema complejo, un humedal costero que abarca toda la zona inundable cubierto generalmente por lo que se conoce como sabana o pastizal. Talar, rellenar o construir sobre el manglar está penado, es motivo de cárcel, de multa económica y se obliga a restaurar el daño ambiental.

Los restaurantes, bares, boutiques y hoteles que han construido en el manglar carecen de conexión a servicios, luz, agua y drenaje; los desagües de aguas negras se escurren por tuberías hacia adentro del manglar, el agua salobre y sulfurosa se extrae de pozos clandestinos para lavar los platos y vasos que los turistas inocentes se llevan a la boca en la bendición de la ignorancia.

Esta es la historia del subdesarrollo total de la zona hotelera de Tulum. Ya nadie se acuerda del cangrejo azul, próximo a desaparecer en nuestro municipio ¿será que todos son nuevos y no les tocó vivir o convivir con la naturaleza de Tulum?

Yo creo que estamos a tiempo de corregir el rumbo, de regresar a ser un destino de baja densidad y tarifas altas sin tráfico de ningún tipo. Es el momento para desarrollar un Plan Maestro de Turismo Sustentable capaz de garantizar la salud de los ecosistemas que son el capital natural y motor de la economía, tal vez entonces el cangrejo gigante regrese como símbolo de prosperidad y de una economía azul.

¡Hasta la victoria, de la luz sobre la oscuridad, siempre!

Compartir