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Tenochtitlan. El Renacimiento de una Ciudad Sagrada

Tenochtitlan. El Renacimiento de una Ciudad Sagrada | Hola Tulum

Raúl Barrera Rodríguez

Responsable del Programa de  Arqueología Urbana CDMX

El Centro Histórico de la Ciudad de México, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, es una zona potencialmente rica en vestigios arqueológicos. Cuenta de ello son los restos de la ciudad de Tenochtitlan y su espacio sagrado, destruidos ambos como resultado de la invasión hispano-indígena y de la presencia de evidencias de la primera traza de la ciudad virreinal; así como de otros momentos históricos entre los que se encuentran los del México Independiente y de la época contemporánea.

La excavación del Templo Mayor, el edificio más emblemático de la ciudad de Tenochtitlan, derivó en el surgimiento del Programa de Arqueología Urbana (PAU), creado en 1991 por el Dr. Eduardo Matos Moctezuma. El objetivo fundamental de este programa es investigar y proteger el patrimonio arqueológico asociado a un área específica del Centro Histórico de la ciudad de México. Es decir que, a través de éste, se pretende conocer los procesos de transformación cultural que, a lo largo de casi siete siglos de ocupación constante, han ocurrido en el área que comprendió el recinto sagrado de Tenochtitlan.

Templo Mayor: el edificio más emblemático de la ciudad de Tenochtitlan

El PAU considera el año de 1325, fecha en la que se funda la ciudad de Tenochtitlan, como inicio de la investigación. Esta primera etapa llega hasta el año de 1521, cuando inicia el dominio de la ciudad tenochca por parte de los invasores hispanos y sus aliados indígenas al mando de Hernán Cortés. Al decir de Fray Bernardino de Sahagún, el espacio sagrado de Tenochtitlan estaba formado por 78 edificios, entre los que destacaba el Templo Mayor. La siguiente etapa corresponde a la época virreinal, la cual comprende de 1521 d.C. hasta 1821, coincidiendo con la consumación de la Independencia de México. Al respecto hay que señalar que, una vez tomada la ciudad de Tenochtitlan, se procedió a su destrucción para dar inicio al trazo de la nueva ciudad. Los otros momentos históricos son los que han sido denominados como siglos XIX, XX e inicios del XXI.

Con base al área probable que ocupó el recinto sagrado, el perímetro de estudio del PAU es de aproximadamente 500 m por lado, siendo sus límites: al norte, las calles de Luis González Obregón y San Ildefonso; al oriente, las calles de Correo Mayor y El Carmen; al sur, la parte norte del Palacio Nacional y fachada principal de la Catedral Metropolitana; y al poniente, las calles de Monte de Piedad y Brasil.

El Programa de Arqueología Urbana investiga y protege el patrimonio arqueológico del Centro Histórico de la CDMX

Los trabajos arqueológicos llevados a cabo a lo largo del siglo XX y los que el Programa de Arqueología Urbana viene desarrollando, han contribuido para que hayan sido identificados algunos edificios cómo el Templo Mayor y una serie de altares que se encuentran a su alrededor: la Casa de las Águilas, el Templo del Sol, el Calmécac, el Juego de Pelota o Teotlacho “el juego de los dioses”, el Cuauhxicalco, el Templo de Tezcatlipoca (en el Antiguo Arzobispado), el Tepuchcalli (en la calle de Moneda 2) y una plataforma que quizá forma parte del Coateocalli, el lugar en donde eran guardados los diversos dioses de los pueblos conquistados. Recientemente han sido identificados otros, como el Templo de Ehécatl y el Huei Tzompantli, así como las casas nuevas de Moctezuma Xocoyotzin, y las casas de Axayácatl.

El Palacio Nacional se encuentra donde se encontraba – en la época prehispánica-  el Palacio de Motecuhzoma

Las investigaciones han mostrado cierta verticalidad en cuanto al manejo y función de los espacios arquitectónicos desde la época prehispánica hasta el día de hoy. Por sólo mencionar algunos ejemplos, baste señalar a la Catedral Metropolitana que fue levantada en el ángulo interior sureste del referido centro ceremonial; lo mismo ocurre con el lugar ubicado entre la calle de Moneda y El Seminario, en donde Fray Juan de Zumárraga instala -en 1552- la Real y Pontificia Universidad de México, bajo sus cimientos se encuentran los restos del Tepuchcalli, colegio en el que eran educados los jóvenes del pueblo. En el área que actualmente ocupa el Palacio Nacional se encontraba – en la época prehispánica-  el Tecpan o Palacio de Motecuhzoma Xocoyotzin; mientras que la actual Plaza de la Constitución o zócalo fue, durante el esplendor de Tenochtitlan, un espacio que ya existía y funcionaba como un lugar de esparcimiento público y para la instalación de un tianguis o mercado. Hoy, el esplendor de Tenochtitlan emerge y vuelve a la luz a través de 42 ventanas arqueológicas, distribuidas en edificios históricos o en la vía pública como parte del programa de Arqueología Urbana que de esta manera invoca el renacimiento de la inmortal ciudad sagrada.

Bibliografía

Díaz del Castillo, Bernal. 2000. “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, Edit. Porrúa, SEPAN CUANTOS, Núm. 5, México.
Cortés, Hernán. 2015. “Tercera Carta de Relación”, en Cartas de Relación, editorial Porrúa,
Matos Moctezuma, Eduardo. 1981. “El Templo Mayor de México”, Crónicas del siglo XVI, prólogo y recopilación de Eduardo Matos Moctezuma, Asociación Nacional de Libreros, México.

  1. “Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, vol. I, núm. 4, México.
    Sahagún, Bernardino de. 1999. Historia general de las cosas de la Nueva España, Ciudad de México, Porrúa.
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