Por Agustín Labrada
Editor de Hola Tulum.
Carlos Becerra es un escultor establecido en el Caribe mexicano, quien se apropia de objetos y los transmuta en metáforas visuales que generan nuevas lecturas y connotaciones, y así, desde su disciplina, traduce el mundo al lenguaje artístico.
Nacido en La Habana, en cuya universidad estudió Psicología, Becerra suele desconceptualizar la materia prima con la que trabaja para expresarse desde modos más sutiles y sugerentes en un intento de diálogo emotivo, que no elude la reflexión.
Carlos vino de vacaciones por primera vez a México en el año de 2015. En Mérida, exhibió una muestra personal durante la Noche Blanca, evento donde abren las puertas todas las galerías de la ciudad, y fue ganador de una beca de creación artística.
Gracias a esa beca, de carácter internacional, convivió con creadores de diferentes países, y finalmente decidió arraigarse en la península, primero en Mérida y Cancún y luego en Playa del Carmen, donde su obra ha ido creciendo en niveles conceptuales.
En “Venus resiliente”, por ejemplo, explora, inspirándose en la Venus de Milo, la figura de una mujer común, quien ha sufrido episodios dramáticos en su vida, y aún así mantiene su belleza y sus deseos de soñar, y se transforma en una alegoría de muchas mujeres.
En la actualidad, el artista, además de ejercer la docencia estética, esculpe sobre rocas oriundas del sureste en las que figuran imágenes reconocibles, como huellas o nubes, pero abiertas a las percepciones más íntimas, donde entra intensamente la imaginación.
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