Mario Monroy
Director de la Orquesta de Cámara de Cancún
El 27 de noviembre de 1995, llegué a estas tierras con toda la intención de quedarme para siempre. Ya han pasado casi 29 años y, en este tiempo, he tenido la fortuna de conocer a grandes personajes de quienes he aprendido mucho en el ámbito musical, personal y de amistad. Todos son exitosos, excelentes personas, amigos leales.
Me faltaría espacio para hablar de todos, por ello hice la selección de los más importantes y que quede claro que el orden de aparición no denota si es mejor que los demás. El orden se da simplemente por cómo fueron llegando a mi mente por razones diversas.
Juan Bosco Domínguez es un jalapeño muy divertido, le gusta leer, le gusta estudiar su instrumento y siempre se ha manejado de bajo perfil ante todos y ya cuando está en el escenario da una verdadera catedra de su musicalidad y su talento. En el ámbito musical, se le conoce como “Su Majestad” y la justificación es más que palpable.
No importa el estilo que sea, Juan le da el carácter adecuado. Los músicos casi siempre se especializan en algún género, él domina todos. Me ha tocado interpretar a su lado swing, corrido, danza, vals, polka, reggae, fusión, punk, rock, pop, new wave, bossa nova, samba, bolero y jazz por mencionar sólo algunos y aclarando que no soy un erudito como él.
Es un bajista muy completo, con mucha estructura y muy difícil de encontrar hoy en día. Nos conocimos en la década de los ochenta acompañando a diferentes artistas de renombre en la Ciudad de México y nos reencontramos en Cancún. Él me enseñó que la mejor música suena entre cuates y no entre estrellas.
Recuerdo que, cuando venía de vacaciones a Cancún, me hospedaba con mi familia en el hotel Fiesta Americana Grand Coral Beach, donde todas las tardes tocaba en el lobby un cuarteto clásico, conformado por Roberto Sánchez (que en paz descanse) en el piano, los hermanos Gilberto Quijano en el violín y Carlos Quijano en el cello, y Gunnar Salazar en la flauta transversal.
Siempre fue un placer escucharlos y compartir con ellos. Cuando en 1995, decidí radicar en esta tierra, fueron ellos los primeros músicos a quienes comenté mi intención de formar una orquesta sinfónica en Quintana Roo.
El 11 de septiembre de 2004, realizamos el primer concierto de la Orquesta de Cámara de Cancún y el único cellista en todo el estado era Carlos Quijano, quien, por supuesto, estuvo con nosotros ese día y sigue en la orquesta afortunadamente sumando todos los días para que el proyecto perdure.
Gilberto Quijano no se unió con nosotros hasta el año de 2020, al igual que su hermana Margarita Quijano, quien toca el violín y la viola magistralmente, como toda la familia Quijano. Esta familia ha aportado mucho a nuestro desarrollo de la música de concierto. No tan sólo por su calidad artística, sino también por su calidad humana y de compañerismo invaluable.
Por ahí del año 2000, aparecieron en mi vida otros dos personajes maravillosos: Liem Chaviano y Daniel Peñalver.
Liem es una connotada flautista de origen cubano, reside en Cancún desde el año 2000, es egresada del Instituto Superior de Arte de La Habana y dueña de una gran trayectoria profesional que comenzó a labrar desde muy corta edad. Ella era parte de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso, y alternaba con proyectos de música de cámara y colaboraciones con la Orquesta Sinfónica Nacional.
Liem y yo hemos sido fundadores de la Orquesta de Cámara de Cancún, la Orquesta Sinfónica de Cancún y de la Orquesta Sinfónica del Estado de Quintana Roo. Ella es una madre dedicada, una esposa encantadora y una amiga que sabe escuchar. Tenerla en un atril de la orquesta, es sentir que todo sonará increíble.
Quiero escribir una frase de su autoría que me gusta mucho: “La música es la forma más sublime de expresar todo lo que soy.” Tengo la fortuna de contar con ella como flautista principal en la Orquesta de Cámara de Cancún y como maestra en la Academia de Música del Parque de la Equidad. Liem llegó a estas tierras, recién casada con el maestro Daniel Peñalver, flautista de carrera, también egresado del Instituto Superior de Arte de La Habana.
Hablar de Daniel es hablar de un ser humano estupendo. Flautista de la Orquesta Sinfónica de la Ópera y el Ballet Nacional de Cuba, flautista de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, ha sido músico de jazz en varios proyectos en Europa con residencia intermitente en Monte Carlo, Francia y Alemania; ha grabado para EMI y ha estado de gira en decenas de festivales de jazz.
Fue maestro de la Escuela Nacional de Música en la Habana, Cuba. En México, es director artístico del Festival Internacional de Música Cancún, productor musical, flautista activo de la Orquesta Sinfónica de Cancún y maestro de la Academia de Música del Parque de la Equidad (del Instituto de la Cultura de la Cultura y las Artes de Quintana Roo).
Con él se ha desarrollado un taller experimental, donde se le proporcionan al alumno herramientas más allá del programa, ha sido todo un éxito rotundo y los resultados ya se están empezando a ver y escuchar.
Otro personaje importante es mi querido amigo Erick Zárate. Él es de los que decidieron tomar esta tierra como suya y dan todo por Quintana Roo. Nació en Guanajuato, creció en Cancún y regresó a su tierra para estudiar música profesionalmente para después regresar y hacer aquí una familia.
Él es egresado de la licenciatura en Música por la Universidad de Guanajuato. Es guitarrista, director musical, arreglista/compositor y docente con 12 años de carrera artística. Ha ejecutado numerosos conciertos de diferentes estilos musicales, que van desde la música barroca, la música clásica y la música coral hasta el jazz brasileño y la música latinoamericana, abarcando una amplia gama de géneros musicales y demostrando su versatilidad artística.
Como director musical, Zárate ha tenido oportunidad de dirigir distintos ensambles que ejecutan desde música clásica hasta música popular. Tengo la suerte de trabajar con él en el proyecto de la Academia de Música del Parque de la Equidad. Coincidimos en hacer un gran semillero de futuros músicos y se está gestando algo grande.
Es muy difícil encontrar a un extraordinario músico que sea también un extraordinario docente. No se da mucho, pero él conjuga esas dos partes y cuenta con el cariño y la admiración de sus alumnos. Erick está haciendo ensambles de diferentes estilos y es un luchador por el crecimiento artístico de Cancún y de todo Quintana Roo.
Sofía Lych, ucraniana, de gran trayectoria y profesionalismo, recorrió el mundo con su violín en una aventura de muchos años a bordo de un crucero y terminó, para fortuna nuestra, haciendo una familia preciosa en Playa del Carmen hace más de 15 años. Tener a Sofía en los primeros violines de la orquesta es sentirse confiado, tranquilo, sumado al placer de escuchar su interpretación.
Pasan los años aquí en Cancún y llega otra bendición. Violinista experimentado con creces, muchos años con orquestas en posiciones de privilegio y en la música los privilegios no existen, se ganan con esfuerzo y dedicación constantes. Para mí es el violinista más experimentado que tenemos y por ello es un honor que ocupe el puesto de concertino en la Orquesta de Cámara de Cancún: Julio César García, llegado de la isla de Cuba junto con su esposa (también violinista) Mayla Carmenate. Una pareja sensacional.
Julio César tocado bajo la batuta de gente muy grande y eso ha hecho que sus conocimientos sean muy vastos y precisos para aplicarlos en la situación correcta y adecuadamente.
Debo decir que esta lista está hecha con mi gusto y posiblemente para otros falten otros personajes. En Quintana Roo, hay muchos músicos en una gran variedad de especialidades e instrumentos, pero para mí ellos son los que considero pilares en el desarrollo musical de nuestro estado y como dijera mi querido compañero y amigo Juan Bosco Domínguez: “La mejor música suena entre cuates y no entre estrellas.”